Igualdad de género y juventud: conocer la realidad para cambiarla

Nuevos estudios en igualdad de género siguen mostrando una brecha entre las condiciones de las mujeres y los hombres en múltiples áreas vitales. Por ejemplo, el reciente y segundo índice ClosinGap, que cuantifica el impacto de las distintas brechas de género en el PIB español, muestra un aumento de casi un punto porcentual en la brecha de género con respecto al año pasado, especialmente como consecuencia de la pandemia.

La celebración de nuestro último Think Tank  entorno a la igualdad y equidad de género en la juventud en riesgo, desarrollado en el marco del IV Red-Lab y financiado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, también mostró que la igualdad de género sigue siendo una meta que se nos resiste. Ello también se observa en la población joven y, especialmente, en la juventud en riesgo de exclusión, tanto en cuanto a la percepción de que existe desigualdad, como en cuanto a sufrir sus consecuencias. En esta línea, observamos en nuestro estudio que la identificación de las desigualdades es crucial para luchas contra ellas. Si los y las jóvenes las identifican, apoyan la igualdad; en caso contrario, replican las conductas de desigualdad.

Muchas de las conclusiones construidas de manera colaborativa entre las personas participantes del Think Tank subrayan de manera clara algunas de las causas y posibles soluciones de la desigualdad de género que sufren las mujeres jóvenes, aunque toda la juventud puede sentir su impacto de manera más o menos indirecta.

Por ejemplo, los y las jóvenes siguen percibiendo una clasificación por género de los diferentes tipos de formación y faltan referentes. A esto debemos sumar el estancamiento en la evolución de la igualdad en educación provocado por la pandemia o la doble desigualdad que sufren las mujeres jóvenes del rural, que suelen tener niveles educativos cada vez más superiores y muy pocas oportunidades laborales adecuadas.

Las desigualdades afectan a todos y todas las jóvenes, pero en el caso de personas en riesgo de exclusión, es un peso añadido a una situación ya de por sí desfavorable.  El impacto negativo de las desigualdades se refleja en todas las áreas vitales: familia, comunidad, empleo, educación e incluso salud. Recordamos algunas de las conclusiones más destacables obtenidas en el Think Tank “Igualdad y equidad de género en la juventud” con respecto algunas de estas áreas.