Internet ya es fuente principal de educación sexual para tres de cada cuatro adolescentes. A los 14 años, la mayoría de los adolescentes varones ya han visto pornografía de contenido machista, violento y vejatorio contra las mujeres. Ante el aumento de las conductas de riesgo y de los estereotipos de género, y durante la jornada “Educación afectivo-sexual en la era de la nueva pornografía” celebrada hoy en Santiago, Igaxes y la red Jóvenes e Inclusión han presentado una serie de propuestas para un modelo de educación afectivo sexual capaz de promover relaciones libres e igualitarias.
Solo hace falta tener un móvil entre las manos: a los 13 años ya han accedido la cuarta parte de los adolescentes y algunos niños ya entran desde los ocho. A edades tan tempranas, a la gran mayoría no les han hablado de sexo en casa ni en la escuela, o no lo suficiente como para resolver sus dudas o interiorizar valores.
Un 50% de jóvenes reconoce haber incrementado sus prácticas de riesgo después de consumir pornografía.
Las ONG de infancia y juventud que forman la red Jóvenes e Inclusión llegamos cada año a 10.000 niñas, niños y jóvenes. En los últimos años hemos observado un repunte de conductas que reproducen estereotipos de género y patrones de desigualdad en las relaciones entre chicas y chicos: retorno del amor romántico, dificultades para detectar la violencia de control, coerción normalizada o ritualización de las relaciones sexuales.
Desde la publicación de la investigación Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales, (L. Ballester, C. Orte y Red Jóvenes e Inclusión, 2019), sabemos que el acceso generalizado a la nueva pornografía explica en parte estas conductas.
Un 50% de jóvenes reconoce haber incrementado sus prácticas de riesgo después de consumir pornografía. Uno de cada cuatro dice que hacerlo ha cambiado su percepción de los hombres y de las mujeres. Casi la mitad de los varones ha recibido ofertas sexuales vía web y un 4,5% dicen haber pagado por ellas o estar dispuestos a hacerlo.
A la luz de estos resultados y de nuestra experiencia de trabajo, Igaxes y las demás organizaciones integradas en la Red Jóvenes e Inclusión proponemos:
- Continuar investigando: es necesario seguir preguntando a las y los jóvenes para conocer cada vez mejor causas, códigos y efectos de sus relaciones interpersonales, sexuales y afectivas.
- Mejorar las competencias de las familias, apostando por programas socioeducativos de fortalecimiento familiar para que madres, padres y tutores legales puedan abordar la EAS desde el ámbito familiar con un enfoque preventivo.
- Formar a docentes y profesionales educativos, al menos mediante estas vías:
- que Ministerio de Educación y consejerías autonómicas incluyan formación específica en EAS en los programas de formación permanente del profesorado de centros públicos y privados de niveles educativos no universitarios.
- que todo Máster Universitario en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato incluya formación en EAS para todo el alumnado, con independencia de su especialidad.
- que toda especialidad universitaria destinada al trabajo educativo y socioeducativo con infancia y juventud incluya formación especializada en este campo.
- Apostar por un modelo de educación afectivo-sexual:
- con el foco en la igualdad de género, en la prevención de conductas machistas y en la tolerancia cero con la violencia contra las mujeres;
- orientada al respeto a la diversidad y a la multiplicidad de identidades y orientaciones sexuales;
- vigilante ante la nueva pornografía y a su alcance y efectos, fomentando la capacidad crítica y analítica ante los estereotipos de género
- y vinculada no solamente a cuestiones de índole sexual y/o sanitaria, sino también a la expresión de emociones y al desarrollo de los afectos.
- Incorporar contenidos y estrategias para la educación emocional y para la igualdad y el respeto a la diversidad en Educación Infantil (3-6 años).
- Implantar EAS como materia obligatoria dentro del currículum de Enseñanza Primaria y Secundaria, con contenidos y objetivos específicos en los programas docentes.
- Estudiar y valorar opciones de control legal en lo relativo a contenidos pornográficos especialmente violentos, vejatorios o de riesgo.